
Icono representando a todos los santos en presencia de Dios
El próximo fin de semana la Iglesia celebra los días de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Son fechas en las que recordamos a nuestros seres queridos que nos han dejado tras la muerte. En nuestra Parroquia, como otros años, los tendremos especialmente presentes en las Eucaristías del viernes, sábado y domingo, cuyo horario será el siguiente:
- Viernes 31 de octubre:
- Misa de la víspera de la solemnidad de Todos los Santos a las 19:00 h.
- Sábado 1 de noviembre:
- Misa de Todos los Santos en la iglesia parroquial a las 12:00 h.
- Misa de Todos los Santos en el cementerio a las 16:00.
- Misa de la víspera de los Fieles Difuntos en la iglesia parroquial a las 19.00h.
- Domingo 2 de noviembre:
- Misa de los Fieles Difuntos en el horario habitual del domingo (9:00, 12:00 y 19:00 h.).
Las Misas del día 2 de noviembre y la de las 19 h. del día anterior serán aplicadas por los fieles difuntos de la Parroquia.
A lo largo de todo el año litúrgico, cuyo centro es la celebración de los acontecimientos y los misterios de la vida de Jesucristo (especialmente el Nacimiento, la muerte y la Resurrección), veneramos y recordamos a los santos como modelo a seguir en nuestra vida. Los mártires y otros santos, que ya contemplan a Dios tal cual es, nos sirven de ejemplo en el seguimiento de Jesús y su Evangelio, con el fin de alcanzar un día el Reino de Dios en el cielo y hacer de este mundo un lugar mejor donde vivir. Sin embargo, además de estos santos conocidos y venerados por toda la Iglesia, también hay otros que, anónimamente, han llevado a la práctica su fe amando a Dios y a los demás y han llegado al cielo. Es a estos a los que celebramos el primero de noviembre.
En este día de Todos los Santos, la Iglesia nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad y que ser santos no significa necesariamente hacer milagros, sino realizar las cosas ordinarias con amor. Pidamos para ello la intercesión de todos los santos que ya contemplan y alaban a Dios en el cielo.
Al día siguiente, en los Fieles Difuntos, la Iglesia quiere conmemorar y rezar por aquellos que, habiendo muerto, aún necesitan un proceso de purificación con el fin de que su alma se prepare para ver a Dios, que es amor. Que este tiempo nos sirva para rezar por ellos y comprender que estamos llamados a la santidad.