Historia

Historia de la iglesia parroquial

Antecedentes

Según Fausto Vigil Álvarez… «la Parroquia de la Pola de Siero llamóse hasta fines del siglo XV Parroquia de San Pedro de la Alberguería».
La iglesia vieja, además de acusar la acción destructora del paso del tiempo, se había quedado pequeña en relación con el aumento del vecindario. A finales del siglo XVIII, era evidente la necesidad «de construir un templo que sustituyera al ruin e incapaz que lucía sus ruinas en la que hoy es plaza de Argüelles de nuestra villa». La inmediata Casona del Marqués de Santa Cruz de Marcenado tenía acceso directo a la iglesia parroquial mediante un pasadizo con tribuna.

Hitos históricos

7 de febrero de 1801
Por decreto de Carlos IV se otorgan arbitrios para subvenir a los gastos y realizar la obra. Se estableció un impuesto de 4 maravedís en libra de carne y otros 4 en cuartillo de vino, aguardiente y grasa de arder (saín) que se consumiera en la villa, más 3 reales en cántara de vino de la venta al por mayor en el Concejo. Se establecía una duración de 6 años para estos arbitrios.

31 de julio de 1801
Firma de las trazas (planos) por el arquitecto Alfonso Rodríguez (nacido en Toledo y no en Madrid como generalmente se ha creído). Previamente es sometido el proyecto a la Comisión de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en junio de ese mismo año.

29 de diciembre de 1801
Después de algunas rectificaciones, el Proyecto es aprobado el 29 de diciembre de 1801.

1805
Se coloca la primera piedra en presencia de D. Pascual Quiles Talón, Regente de la Real Audiencia de Oviedo.

28 de noviembre de 1807
Ante la escasez de dinero, se obliga mediante Real Decreto a que el párroco abone 1500 reales anuales para sufragar los gastos. También se ordena que el Marqués de Santa Cruz aporte 12000 por una sola vez, so pena de perder el derecho de patronato, lo que ocurrió por impago.

1808
Se suspenden las obras con motivo de la Guerra de la Independencia y a esta se destinaron los arbitrios previamente concedidos.

1809
La nueva iglesia en construcción fue dedicada a cementerio, por ser incapaz la vieja para los enterramientos a causa de una epidemia.

1822
Se reanudan las obras por breve tiempo. El recinto siguió cumpliendo las funciones de Camposanto hasta 1833.

1830
Se prolongó la concesión de arbitrios, que en 1836 ascendieron a 13609 reales. El intendente de la provincia, D. Manuel Tellería, se hizo cargo de la administración y dio actividad a las obras.

1839
Estaba construido el frontis y las dos torres. Por razones económicas se les dio menor altura de la proyectada en los planos.

1842
Se cubrió el edificio y se procedió al retejo por un presupuesto de 972 reales. Este mismo año se esperaba la inauguración para la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, pero se retrasó hasta la de San Pedro de 1845.

29 de junio de 1845
Se inaugura el nuevo templo parroquial en la festividad de su santo patrón titular. En los años siguientes, la decepción siguió pronto al entusiasmo producido por el estreno. El cuarteamiento de la bóveda obligó a suspender los cultos en la nueva iglesia, teniendo que trasladarlos a la Capilla del Hospital. La idea de volver a la antigua iglesia parroquial de la Plaza de Argüelles, contigua al Palacio del Marqués fue desechada ante la ruina que en ella se advertía.
Como la capilla del Hospital era pequeña, se habilitó en la puerta de la sacristía un sencillo altar y los días de mucha asistencia de fieles, los vecinos escuchaban la Misa desde el campo y la carretera próxima. En la Capilla del Hospital, donde se colocó la pila bautismal, se realizaban los actos menos numerosos.

19 de enero de 1867
El Ministerio de Gracia y Justicia recibe una solicitud de fondos para la Restauración y, en respuesta, es otorgada la suma de 8000 reales con la que se cubren los gastos de restauración, encomendándose la tarea al arquitecto Mariano Esbrí, al que se debe el amarre de la iglesia con fortísimos bandones de hierro aún visibles hoy en día al exterior.

6 de febrero de 1870
La iglesia parroquial de San Pedro de Pola de Siero se abre definitivamente al culto, hasta los momentos previos a la Guerra Civil de 1936 en que es destruida de nuevo.

1901
D. José García Galán toma posesión del cargo de párroco de San Pedro de Pola de Siero. En los primeros años del siglo XX este sacerdote hermoseó el templo en el interior y elevó 17 metros más las torres, según los planos del arquitecto D. Manuel Busto. También añadió un severo y monumental pórtico a la entrada principal, con un presupuesto de 125000 pesetas.

6 de junio de 1908
El periódico ovetense El Carbayón anuncia que en breve darán comienzo en la iglesia los trabajos de pintura interior, de cuya ejecución están encargados los renombrados artistas catalanes señores Canalda y Alsina. Esta es una de las importantes reformas que realizó en nuestro templo el Señor García Galán.

Septiembre de 1936
Con el incendio en la madrugada del 3 al 4 de septiembre de 1936, se pierden piezas importantes de escultura que habían sido trasladadas desde la antigua iglesia, entre ellas dos tallas del artista local Juan de Villanueva y Bardales, Santa Bárbara y San Antonio. Desaparece también la imagen de la Virgen del Carmen traída desde su ermita en la Plaza de les Campes, así como las pinturas realizadas a principios de siglo.

Tras la Guerra Civil
El párroco D. José Fernández-Pedrera González-Granda encarga la realización de un nuevo retablo hoy desaparecido pero del que se conservan algunas imágenes como la de San Pedro que da entrada a la sacristía o la de Santa Bárbara que se encuentra en el retablo del crucero.
Según testimonio de Casimiro Baragaña, el pórtico realizado por el párroco García Galán a principios de siglo aún existía a finales de la década de 1950. Este aditamento arquitectónico fue derruido a instancias del propio artista.

1959
Siendo párroco D. Manuel Álvarez Menéndez, se pide a Casimiro Baragaña, pintor poleso, que realice un proyecto para renovar el altar mayor en el que, naturalmente tenía que tomar parte importante la pintura.

Agosto de 1959
Se comienza a desmontar el retablo y el altar mayor anterior.

22 de septiembre de 1959
Se realiza la primera tarea – así se llama en la pintura al fresco al fragmento de mortero que se prepara para pintar en un solo día– en el fresco del Nacimiento, situado en el lado del Evangelio del altar mayor. Este fresco se terminó en 12 tareas, un verdadero esfuerzo que suponía un trabajo de 10 o 12 horas ininterrumpidas.
Casi sin pausa, comenzó la otra pintura lateral, la de «La Muerte de Cristo» en el lado de la Epístola, terminado solo en 11 tareas.

7 de noviembre de 1959
Se empieza a pintar, al fin, «La exaltación de San Pedro.» Previamente, Casimiro Baragaña dedicó 15 días a prepararlo todo bien, realizando un antemuro de ladrillo con cámara de aire para aislar el fresco de la humedad.

5 de diciembre de 1959
Se dan las últimas pinceladas del fresco de San Pedro, que se concluyó en un total de 23 tareas, lo que en promedio hacían un total de más de 3 metros cuadrados diarios.

19 de marzo de 1960
El día de San José, y con la asistencia de las principales autoridades provinciales y locales, se celebró la solemne inauguración de las obras en el altar mayor. Fue una jornada verdaderamente emotiva y que compensaba con creces todas las fatigas e inquietudes pasadas durante el siglo precedente.